Bilal es nuestro tercer hijo. Cuando tenía 11 años, descubrió un cuadro que yo había dibujado en 1970 para Yazid y Bashar (sus dos hermanos mayores) y se dio cuenta de que él no estaba presente en la pintura. Así que protestó mucho, lo que me llevó a pintarlo tras la invasión israelí del Líbano en 1982, donde le prometí un dibujo especial con sus dos hermanos. Lo pinté como si estuviera sentado en el estudio, con dos cuadros de sus hermanos y su madre al fondo y un cuadro con mi foto personal en el que aparece la punta de mi calva.